lunes, 4 de noviembre de 2013

Había una vez...

Había vez un jóven muy jóven  que no era muy apuesto pero si muy gracioso. Este joven que era  poco apuesto pero tan gracioso jugaba todo el tiempo pero era tan poco apuesto que jugaba solo. Y yo que en esa epoca usaba el pelo laaaaargo y una sonrisa de idiota. Es decir, una sonrisa de confianza, de cierta felicidad. Eso, que es igual a la sonrisa del idiota. Pero este problemita del contenido y la forma. Porque no era idiota. Pero esa sonrisa...
Lo cierto es que este joven poco apuesto pero muy muy gracioso un dia le dijo queres ser mi novia y ella le dijo que si como a  casi todos hasta ese momento. Y eran tan felices la boba de la sonrisa y el joven tan poco apuesto pero tan tan gracioso. Jugaban a lo loco todo el dia. Que el trompo, que la rayuela, que la piedrita, que la piedrita, que la piedrita.
Hasta que un día jugaron a la tiza y se les borroneaba la rayuela. Y otra piedrita. Y otra piedrita.
Fue entonces cuando el joven que era tan poco apuesto pero tan gracioso comenzo a embellecer. Y asi cada dia mas apuesto y sin gracia, casi nada de gracia.
La boba no entendia bien y se quedaba jugando sola a las escondidas, con esa sonrisa contenta. Espeluznantemente idiota. Y este joven, ay este joven cada dia mas apuesto y mucho mucho menos gracioso pronto tuvo tantas novias. Tal vez por eso empezo a mentir lugares, encuentros con amigos, pavadas que ella creia porque asi debe ser. Para que se necesita mentir? Por que iba a hacerlo? Asi se lo repitio a una amiga mientras bajaban del tren y él la besaba desde el auto. No corrió la muy boba. No le dio un sopapo. Solamente le grito. Por primera vez le grito como un vómito, que era un hijo de puta. Que era un hijo de  mil putas. Que le había mentido y solo por eso la había tomado por idiota. Insultado su inteligencia. Ultrajada su confianza por un joven que se sentia apuesto pero que ya no causaba gracia sino risa. Un patético monumento a la impotencia
Él lloró en silencio. Callado mientras ella se iba.

Y podés creer? 20 años después ella sintió un poco de pena. Pobre tipo condenado por ser un hijo de puta. Quien iba a creerle. Que vida de mierda habrá tenido

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