miércoles, 6 de marzo de 2013

La inútil y el intento



“Algunas personas nunca enloquecen.
Tendrán unas vidas realmente horribles” 
(Charles Bukowsky)


Queda como perdida unos días. Desorientada. La busco en los espacios habituales y en los recién conocidos. La sonrisa no se presenta, no se deja agarrar de las pestañitas como patas de araña con tanto cuidado para que no se rompa de nuevo y ¡plaf! burbuja de colores otra vez al suelo, preciosa y perecedera. Yo sé que la dejé en algún momento entre caleidoscopio y autopistas, con bahos de naranjas y nafta quemada. Pero debajo de los árboles solamente babosas. Tiernas y conmovedoras babosas arrastrándose hasta la sombra, la humedad, unos brazos enormes. La ternura de la babosa tampoco pudo con ella. La sonrisa se había quedado de espaldas, mirando el reloj, esperando. No pude acariarlas. Las manos me resultaron indignas, ellas, babosas de gran empeño y con tanto peso a cuestas sin cejar su carrera. Yo tan cobarde.
El subjetivo tiempo entre la espera y tus abrazos. Tu risa infectando la ciudad de energía y de sueños. La subjetividad del tiempo que tardará la babosa en llegar al árbol será efímera con respecto al tiempo que a mi me llevaría tomar posición, aceptar la carrera con sus reglas como todo juego.
Y atreverme a perder.
Volví por los caminos de Pulgarcito haciendo un gran esfuerzo con mi memoria por recordar, dónde pude haber olvidado el placer por los amaneceres, por el café con leche, por los pájaros libres, por lo efímero que es eterno, por los panqueques con  dulce de leche. En cajones revueltos un caramelo colabora con la respiración que se dificulta. No son lágrimas. Claro que no. Otro cajón y la sonrisa no aparece, pero otro caramelo suelto y todo parece más claro. Las promesas en el bidet. Las carcajadas. Otra pastilla y la luz es diáfana. No hay razones hoy para sonreir. ¿Porqué necesitas mentirte, esconderte en una máscara que te pinte otra máscara dónde este todosiempretodorebien y que el dolor sea solo para los cobardes?
Algo realmente te dolió nena.
Otra pastilla y se dormirá un rato. Abrazada a sus miedos que son su amante más fiel.
Ellos si que nunca la abandonan.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Está re lindo tu blog

María Negro dijo...

Muchas gracias!!

taty dijo...

Tienes una prosa-casi-poesía muy rica, las imágenes te salen como las piedritas en un camino. Son lindas y tienen fuerza. De veras disfruto leer acá, ha sido todo un descubrimiento.

Saludos.

María Negro dijo...

Muchas gracias!! Para mi es un gran halago el valor que le das a mis palabras. Estoy pronta a recopilar estos relatos-prosa-poesía, o "cuentoemas" como les dice un amigo. Un abrazo y gracias nuevamente