viernes, 16 de noviembre de 2012

Los fantasmas no existen



"Solo una pobre canción
da vueltas por mi guitarra" 



Corrías hasta mi, solo porque faltaba media cuadra para encontrarnos. La emoción no te permitía esperar segundos más. Ansiedad de abrazarme fuerte, aferrándote al futuro, besándome desesperadamente. Haciéndome tuya.
Después, la historia, claro. Las esperanzas moribundas. Un tiempo que se caía de espaldas para partirsela. Y una tristeza creciente e imparable. Calles pequeñas y arboladas vueltas en bosques oscuros, a merced de las lechuzas, las incertidumbres, el espanto. Tenía que huir de ahí, y así lo hice. El horror de quien esta perdido. Buscando ilusiones en la cola de un cometa soltando el hilo al barrilete. Verlos irse. Tan lejos.
Corrías hasta mi, selectivo recuerdo donde te pongo despacio, para no romperte. Me escondo tras un árbol haciéndome la distraída. Y ahí estas, brillante. Eterno. Corres a mi y a veces estás triste. Me abrazas llorando y me dejas oir ¿Por qué? ¿Por qué? Y yo cierro los ojos y te abrazo más fuerte y te digo no sé, no sé porque a veces las cosas simplemente no funcionan. No sé porque las decisiones me salían equivocadas, si nunca quise lastimarte, si no quería lastimarme. Te vas despacio, esperando que yo pueda ver bien tu tristeza doblando la esquina, mirándome con desprecio.
Y otras veces solamente corres y me besas con la pasión de Hollywood, con el amor en la boca, las pocas palabras que se escapan son obscenas y preciosas. Nos llevamos de la mano bajo una primavera que llueve a jacarandá y nos llenamos de helado. Me acaricias la cara, te gusta hacerlo. Me oís ronronear en sueños, un despertador me llama. Reflejamente llegan a mi un cepillo de dientes y un espejo donde descubro esa sensación de no haberte despedido. Está lloviendo y pobre vos sentado en la heladería hasta que vuelva a soñarte, despierta o dormida. Hasta que vuelva a invocar tu fantasma a mi lado.
Y seguir sobreviviendo al camino del desencuentro

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